Milán siempre es algo especial. Aquí se vive el diseño y quienquiera que se interese por los muebles y la decoración no pasará por alto el Salone del Mobile, EuroCucina y los numerosos eventos que se celebran en el marco de la Design Week desde hace ya 60 años. Este año se han podido percibir especialmente la ilusión y el entusiasmo. Después de la pausa involuntaria provocada por la pandemia quedó patente en cada rincón que se habían echado mucho de menos los encuentros, el intercambio y la experiencia del mueble en nuestro sector. No es de extrañar que la 60.ª edición de la Feria de Milán fuese un gran éxito: se contabilizaron 262 000 visitantes a lo largo de los siete días que duró la feria. Para nosotros, la Feria de Milán siempre es un evento especial, porque allí vemos los frutos de nuestro trabajo: más de 50 expositores utilizaron productos GRASS. Las empresas procedían de Italia, España y Alemania, y nos confirmaron que el interior marca la diferencia. Con ello, ayudamos a los fabricantes de muebles de todo el mundo, desde carpinteros hasta fábricas y empresas industriales.

Observamos con asombro las elegantes cocinas minimalistas de VALCUCINE y solo unas cuantas calles más allá nos sorprendió la grandiosa decoración estilo kitsch de DOLCE & GABBANA, que lleva el arte popular tradicional siciliano al pop art. Moviéndose entre estos dos polos, Milán volvió a demostrar que el diseño puede lograr cualquier cosa, pero sin grandes sorpresas. Harald Klüh, director de marca global de GRASS, había esperado lo contrario: "Durante la pandemia, los diseñadores estuvieron encerrados en sí mismos. Como hubo poca influencia externa, esperaba que se hubiese creado algo propio, algo nuevo. Sin embargo, esta explosión de creatividad no ha llegado a producirse. "No obstante, a la luz de la situación mundial actual, también es comprensible", explica el especialista en marcas, "en el marco de un aumento de los precios de la energía y de escasez de materias primas, inflación, miedo a la guerra y estancamiento económico, instigar una revolución del diseño habría supuesto un riesgo incalculable".

Aunque la pandemia, con sus cuarentenas y el teletrabajo, no diese lugar a un aumento de la creatividad, sí ha supuesto cambios para la industria de los muebles. A esta conclusión también ha llegado Markus Sander, director general de marketing, ventas y control de Häcker Küchen: "La pandemia y los desafíos de la política mundial han hecho que la gente anhele seguridad y protección, y que el hogar ahora tenga un valor mayor. Los "¿Cenamos en un italiano esta noche?" se han convertido en "¿A qué hora nos vemos en tu casa?", lo que hace que este cambio afecte directamente a la cocina, que se ha convertido en la tarjeta de visita del hogar. Por este motivo, no es de extrañar que los cambios más interesantes hayan tenido lugar en este espacio y no en el resto del mobiliario doméstico.

El efecto de la pandemia también se ha visto reflejado en una tendencia: las casas son más acogedoras. Ahora que la gente pasa más tiempo en casa, el bienestar vuelve a ser una cuestión primordial, y se le da más importancia a lo agradable y lo acogedor. El diseño del baño ha experimentado una gran mejora y se ha convertido en un oasis de bienestar que ya no tiene por qué ocultarse tras otras zonas de la vivienda. Estos cambios también benefician a los espacios exteriores, cuyos muebles apenas difieren ya de sus equivalente en el salón.

La sostenibilidad es uno de los grandes temas de nuestro tiempo, incluso en el sector de la decoración. Así pues, no es de extrañar que se esperase una edición muy verde del salón. Y así fue: plantas colgando de las paredes, jardines con hierbas aromáticas y mucha madera; desde fuera, el Salone del Mobile 2022 ofrecía una imagen muy natural. Sin embargo, quienes no quieren hacer de la sostenibilidad una mera fachada deben esforzarse mucho más. Y aceptar también el hecho de que desde hace tiempo no se pueden utilizar todas las actividades para la imagen externa. Condiciones de producción, materiales, uso de energía, embalaje, transporte, reciclaje: todos estos factores son relevantes y no es tan fácil exponerlos en una feria.

Sin embargo, el tema estuvo omnipresente en la feria. El espacio especial "Design with Nature" desarrollado por el arquitecto Mario Cucinella, proporcionó experiencia a los fabricantes que quisieron ahondar más en este tema. Los propios expositores también concedieron una gran importancia al tema. Vinzeno Amato, director de marca de STOSA, también destacó el enfoque holístico que implica la auténtica sostenibilidad: "La sostenibilidad no se limita al uso de materiales respetuosos con el medio ambiente, sino que también implica prestar atención a toda la cadena de suministro, empezando por las materias primas".

En esta ocasión también hubo especificaciones para la propia exposición por parte de la dirección de la feria. La nueva directora, Maria Porro quien, por cierto, es la directora más joven del Salone y la primera mujer en ostentar este cargo, proporcionó directrices de sostenibilidad para los expositores. Nada de plástico, uso de materiales reciclados o reciclables: el Salone debe ser cada vez más sostenible. Este año, seguir estas normas fue voluntario y en la próxima edición del Salone serán obligatorias. En los estands, los esfuerzos de sostenibilidad realizados por las empresas se comunicaron, en su mayoría, de forma muy discreta, a través de carteles o en el marco de conversaciones personales.